La palabra «agino» es bastante habitual en Extremadura, más aún en el norte de la región y sur de la provincia de Salamanca. Con esta palabra nos referimos a agobio, angustia, sofoco… Proviene del latín «angere» que se refiere a apretar y opimir.
El Poeta José María Gabriel y Galán en su poesía «El Cristu Benditu», usa aginus:
«¡Éjamelo un rato
pa que yo lo tenga
y le jaga cosinas bonitas
pa que se me ría mientris que pernea!
¡Que goci, que goci
to lo que asín quiera;
que pa jielis, ajogos y aginos
mucho tiempo quea!»
También en la poesía «Cara al cielo» usa agino:
«Me agino en el patio, me
asfixio en la sala, los violeros me
jacin ronchonis, me ajogan las
mantas y p’alivio me pongo möorro
cuando da en guarreal la muchacha y
su madri en cantali al oído sin chispa
de gana. ¡Y luego un bochorno que
dan cuasi ansias»
En los poemas de Gabriel y Galán podemos encontrar diferentes usos: agino, aginao, aginos y aginaero.
Si decimos «Aginalsi» nos estamos refiriendo a avergonzarse o agobiarse, por ejemplo, en situaciones de calor, donde su uso sería «¡Qué agino con tanto calor!». Por lo cual, «aginal» sería agustiar, agobiar, avergonzar…
No debemos confundir la palabra agino (con G) con la palabra ajino (con J), ajino se refiere a ajo pequeño, al igual que si dijéramos ajito, ajete…

Publicado: 26 junio, 2024