Espectáculo de humor con los cómicos Diego Arjona (Club del chiste de Antena 3; Club de la comedia), Xavier Deltellx (Torrente 4) y Salomón (Paramount Comedy).
Precio de las entradas: 17€ en patio de butacas y palco, 13€ en entresuelo y 10€ en anfiteatro.
Venta anticipada en Viajes Coria Tours, Café bar-restaurante Español, Folies Moda y Complementos y Juan Fuentes e Hijos. Venta en la taquilla del teatro el viernes, 8 de junio, de 18 a 21 horas y el día del espectáculo, dos horas antes del comienzo del mismo.
El espectáculo gira en torno a reflexiones sobre la actualidad, la música, la familia, la infancia, el presente, el pasado o el futuro realizadas por tres hombres con una misión: que te mueras de risa. Son “Los Prescindibles del humor”.
Diego Arjona combina su labor como cómico y realizador de cine con su faceta de actor y guionista. Además de participar en “El club del chiste”, con Anabel Alonso, en Antena 3 TV, ha rodado tres cortometrajes, “Exitus” (cinta de humor absurdo en la línea de películas como Aterriza como puedas), así como su secuela “Exitus 2-Albacete 0” (en la que cuenta con la colaboración especial de Martina Klein, Ismael Beiro y un numeroso grupo de humoristas de la factoría Paramount Comedy), así como “Abracadabra”, protagonizado por David Fernández y Lola Saldrich.
Xavier Deltell trató de empezar su carrera humorística alistándose en una chirigota en Cádiz. Pero como la distancia era un obstáculo bastante difícil de salvar, estando en Cataluña decidió buscar trabajo en la radio para colmar su sed de humor. Y así, al poco tiempo se situó detrás de un micrófono en emisoras como Radio Barcelona de la cadena SER. El salto a la tele lo dio en TV3. Trabajó junto a Toni Clapés en “Efecto secundario” y junto con Javier Sardá en “Crónicas Marcianas”. Le hemos visto además en programas como “Mira quien baila”, “Que tiempo tan feliz”, “Los mejores años” y “La hora de José Mota”, o como uno de los protagonistas de la película de Santiago Segura Torrente IV.
Aunque Salomón nació en San Fernando de Cádiz, aprendió a hablar en Mallorca, luego se fue a Cartagena, Alcalá de Henares, Ferrol y otra vez a Cartagena. Total, que cuando por fin regresó a su tierra, tenía acento de ninguna parte y muy pocos amigos. Nulo para los deportes, su popularidad en el colegio era nula, por lo que empezó a congeniar con marginados y proscritos, lo que le permitió ver la vida desde la barrera, observando. Con el paso del tiempo, decidió hacer algo más que mirar, y así terminó siendo voluntario en una residencia de ancianos, socorrista, vigilante de playas, patrón de embarcaciones de rescate, portero de discoteca, cantautor y analista de sistemas informáticos. Hasta que un día decidió romper con todo y aceptar su destino: dedicarse al humor. Ahora se dedica al humor, aunque hay quien dice que lleva haciendo monólogos toda la vida, porque nunca deja hablar a nadie.
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